Aeropuerto de Guayaquil


En el mismo corazón de la ciudad, al norte y como pocos en el mundo operando con la seguridad los 365 días del año, las 24 horas del día, el aeropuerto recientemente inaugurado ofrece un servicio de primera calidad a nacionales y extranjeros, tiene capacidad para manejar hasta 4.5 millones de pasajeros anualmente, en un espacio de 50 mil metros cuadrados. Es un edificio inteligente que mantiene activo movimiento de aviones, de carga y de pasajeros, operación de las diferentes compañías de carga y equipaje, control automatizado de los mismos, circuito cerrado de televisión, iluminación y climatización, tiene 6 mangas y dos pistas para el rodaje de aviones y una zona de parqueo para 800 automóviles. Además en su pista operan con regularidad aeronaves militares (adjunta a la pista existe una base aérea militar, llamada Simón Bolívar), así como avionetas y jets de uso particular o de pequeñas compañías y aeroclubs, para fletes, vuelos regulares y escuelas de aviación.

Las conexiones y vuelos directos son muy fáciles desde y hacia Guayaquil con las principales capitales latinoamericanas, Europa y Estados Unidos. Por ejemplo, para viajar a ciudades de este último país, en 6 horas se llega a Nueva York, en 5 horas a Houston, en 4 horas a Miami y a Bogotá en 50 minutos.

El aeropuerto internacional José Joaquín de Olmedo, fue recientemente inaugurado para reemplazar al anterior aeropuerto Simón Bolívar, que fue transformado en Centro Internacional de Convenciones.

Se encuentra convenientemente ubicado dentro de la ciudad, a 5 km (menos de 15 minutos) del centro de Guayaquil, en la Avenida de las Américas.

Orígenes


Las investigaciones arqueológicas señalan que en el sector de el Inga, una hacienda ubicada cerca del volcán Ilaló, alrededor del año 10300 a.c. vivieron pueblos nómadas que se dedicaban a la caza, la pesca y la recolección de alimentos. Debido a su edad, por ahora es considerado como el lugar más antiguo del país. Robert Bell, el primer investigador de esa zona, determinó que la roca obsidiana usada para las herramientas databa del 7.080 a.c., posteriormente en base a nuevas técnicas, se estableció su edad en más de 12 milenios de antigüedad, como se lo reconoce ahora. Estos primeros asentamientos pertenecen al período paleolítico ecuatoriano. La obsidiana, se sabe, fue el principal material de construcción de herramientas en aquél período. En la excavación se encontró cerca de 80 mil piezas demostrando su amplio uso entre los habitantes.

Nueve milenios después, durante el período de desarrollo regional, la civilización de los cotocollaos se asentaría entre las montañas Casitagua y Pichincha, en el 800 a.c., descubiertos por el Padre Porras en el año 1973. Esa sociedad ya no era sedentaria, se basaba tanto en la agricultura por el cultivo del maíz, la quinua, el chocho, la calabaza, entre otros; así como también por la cacería, siendo muy importante la presencia del venado, el conejo, y los camélidos. La cerámica de la cultura cotocollao es similar tanto en su decoración como en su estilo, con las culturas costeñas de Chorrera y Machalilla. Lastimosamente esta civilización desapareció debido a las erupciones del volcán Pululahua.

Otro de los yacimientos arqueológicos importantes es el de Rumipamba, ubicado dentro de la ciudad, el cual se caracteriza por la presencia de tumbas y se lo asociada a fragmentos de platos trípodes perforados. Perteneciente a la cultura Quitu, este asentamiento (1500 a.c. hasta el 900 d.c.) fue abandonado en varias ocasiones, debido a las erupciones de los volcanes Pululahua y Guagua Pichincha. Durante este período (Formativo) se da uno de los capítulos más interesantes -pero también uno de los más controversiales- de la historia de la urbe, El Reino de Quito, mencionado por el Padre jesuita Juan de Velasco en su Historia publicada en el siglo XVIII. En ella se habla de un Reino (palabra que se utilizaba en aquella época para definir al país de Quito por los españoles) conformado por las etnias Quitu y Caras. Si bien las actuales evidencias arqueológicas nos ayudan a entender que como tal un reino de las características que describe el historiador no fueron posibles, si sabemos que dos importantes confederaciones como los Quitu, asentados en las laderas del Pichincha, y los Caras, procedentes de la Costa, habitaron la zona antes de la llegada de los incas.

Ambato


Ambato es una ciudad de Ecuador, capital de la provincia del Tungurahua. Es también conocida como "Ciudad de las Flores y de las Frutas", "Cuna de los Tres Juanes", "Ciudad Cosmopolita" y "Jardín del Ecuador".

La población del cantón Ambato es de 220.282 habitantes (censo de población, INEC 2001). Su clima es Templado seco su temperatura media es de aproximadamente 14 y 19 grados centígrados. Esta asentada en la rivera del río Ambato. A sus habitantes se les denomina ambateños.

Ambato fue destruida varias veces por terremotos y erupciones, su última destrucción fue el 5 de agosto de 1949: un terremoto destruyó la ciudad casi en su totalidad pero, gracias a la tenacidad de sus habitantes, se logró levantar nuevamente en menos de dos años, en honor a esta lucha se celebra la "Fiesta de las Flores y las Frutas" en los días de Carnaval. Esta celebración ha trascendido fronteras y hoy por hoy es una de las fiestas más importantes del Ecuador.

Ambato es la ciudad cuna de varios hombres ilustres entre los cuales se encuentran Juan Montalvo (gran ensayista del siglo XIX), Juan León Mera (autor de la letra del Himno Nacional del Ecuador) y Juan Benigno Vela. Esto último le valió el ser llamada la "Cuna de Los tres Juanes"